La historia del Club de Fútbol Bufalà está ligada a la del barrio del que toma su nombre. Bufalà nació como un proyecto ambicioso de los jóvenes de aquella “apartada” barriada badalonesa, los cuales, quisieron reafirmar su amistad y afición al deporte del fútbol fundando esta entidad deportiva.
A comienzos del siglo XIX, lo que ahora conocemos como barrio de Bufalà, eran campos de cultivo, viñedos y algarrobos. Administrativamente era parte del barrio de Canyet, y eclesiásticamente pertenecía a la parroquia de Santa María. Había pocas casas construidas y algunas masías como Can Farret de abajo, Can Gusi, Can Banús, Can Sagarra, Can Martinet Pujol y Can Riera entre otros.
Hacia los años cuarenta, en Bufalà, había una población bastante numerosa, consecuencia de los desplazamientos de población producidos por la Guerra Civil y de las posteriores oleadas migratorias de todo el Estado español. La parroquia de Santa María organizó los primeros servicios sociales, entre ellos cabe destacar, el primer colegio del barrio, la escuela parroquial. Promovió actividades culturales como el teatro y el cine, y deportivas, como la creación de equipos de fútbol para los niños y jóvenes de diversas edades. Todo esto fue posible gracias al voluntariado de jóvenes de la mencionada parroquia. Uno de estos jóvenes, a aparte de las tareas dentro de la parroquia, destinó muchos esfuerzos a la promoción de los equipos de fútbol. Era el señor Salvans. Él fue quien fundó el Club de Fútbol San Francisco de Asís en el año 1946, embrión de nuestro club, y inscribirlo en la liga diocesana. Esta competición la organizaba el Arzobispado de Barcelona y era independiente de la liga que organizaba la Federación Catalana de Fútbol.
Durante este periodo el C. F. San Francisco de Asís no disponía de instalaciones deportivas. El terreno de juego era un campo aplanado y marcado por los mismos jugadores, el cual lo cedió para este uso la propietaria de la masía de Can Banús. Los equipos, tanto el local como el visitado, se cambiaban los locales que el patronato tenía en la calle de Bailén, donde hasta hace dos años estaba la antigua parroquia de San Francisco de Asís, y de ahí, iban al campo, bajando por la misma calle, cruzaban la riera de Canyet, hoy avenida de Martí i Pujol, continuaban por la calle Transversal del Camino de San Jerónimo, ahora Travessera de Montigalà, y siguiendo el antiguo camino de Sant Jeroni de la Murtra, hoy un callejón pequeño paralelo a la calle de las nueve casas, llegaban al campo.
En 1963 ex jugadores del C. F. San Francisco que por la edad ya no podían participar en la competición diocesana, conjuntamente con miembros de los equipos superiores del club parroquial, decidieron jugar en la liga organizada por la Federación Catalana de Fútbol. Ante esta nueva situación, el señor Salvans consideró más adecuado dar paso a los jóvenes con sus propuestas deportivas más ambiciosas y dejó sus responsabilidades directivas al frente del club.
La nueva junta, formada por jugadores, decidió independizarse de la organización parroquial y constituir una nueva entidad deportiva. Recibió el nombre de Club de Fútbol Bufalà, por ser éste el nombre de la barriada donde nació. Hay que tener presente que para estas fechas el Ayuntamiento de Badalona ya había decidido segregar la parte Este de Canyet, dándole el nombre de Bufalà. Esta decisión se tomó con agradecimiento al señor Joaquín de Bufalà y ferretería, el cual hizo donación de la masía de Can ferretería de abajo, también conocida como la “Torre de los piojos” y los terrenos circundantes al municipio de Badalona.
El primer presidente que tuvo el nuevo club fue el señor Anastasio Oliver, y el primer jugador que lució el brazalete de capitán fue Miguel Pérez. En la presidencia de Oliver le siguió en el cargo el Hilario Giménez. Hacia el final de los años sesenta estaba al frente del club Jerónimo Martínez, conocido como “el Jeromo”.
Durante los años sesenta el C.F. Bufalà militó en las categorías regionales catalanas. Equipos como el Palamós, ahora en 3 ª división nacional, jugaron en nuestro campo. En el transcurso de esta década y la siguiente, el Bufalà tuvo que competir, deportivamente, claro, con otros clubes del barrio, como U. E. Avenida, el C.F. Brezo, C. F. San Fernando, y la Alhambra.
No fue hasta los años setenta, y bajo la presidencia de Ramón Queralt, “Ramonic”, cuando el Bufalà experimentó un espectacular crecimiento. Se construyeron vestuarios nuevos, la tribuna actual y se bailó el campo. En el área deportiva el club subió hasta la Regional Preferente, donde coincidió con el del histórico CF Badalona. Para esta época el maillot oficial se cambió, y pasó a ser blanco con una franja roja vertical ancha en medio, con los pantalones y las medias blancas. Esta combinación reemplazó a la primera indumentaria del club, la camiseta roja con la franja blanca diagonal, los pantalones rojos y las medias del mismo color con la gira blanca, que habían sido el jersey hasta entonces y que más adelante se recuperaría hasta el momento actual.
Por aquellas fechas se produjo un hecho muy importante: el campo del CF.Bufalà no era propiedad del club, como hemos dicho antes, la propietaria era la dueña de Can Banús. Ella inició negociaciones para vender estos terrenos. Ramon Queralt, el entonces presidente, consciente de las consecuencias negativas que tendría esta venta por el futuro del club y conocedor de la limitada capacidad económica de éste para hacer frente a una compra de estas características, hizo gestiones en torno al Ayuntamiento de Badalona, y consiguió que este comprara los terrenos del actual campo. De esta manera el club y el barrio continuaron disfrutando de unas instalaciones deportivas. De hecho el campo es una instalación deportiva municipal, pero para todos siempre ha sido el Campo de Fútbol del Bufalà.
En los siguientes años, y esta vez bajo la presidencia de Gaspar Gruñán, el Club de Fútbol Bufalà continuó disfrutando de una buena posición deportiva. Fue en los años ochenta cuando una cierta relajación y una falta de ambición deportiva hizo bajar al club a las regionales inferiores, donde permaneció durante algunas temporadas.
En la década de los años noventa, y bajo la presidencia de Saturnino Pérez, el primer equipo subió a Primera Regional.
Actualmente, el presidente del club es el señor Jordi Domènech y gracias a su dedicación plena se han conseguido grandes mejoras.
En Septiembre de 2019 inauguramos dos nuevas oficinas, para que tanto los padres como los jugadores que componen el club, tengan una atención más digna y una sala de reuniones enfocada a poder hacer formación didáctica a los jugadores y jugadoras del club.
Estas instalaciones pudieron ser una realidad tras mucho esfuerzo y dedicación, ya que han sido financiadas 100% por el Club de Futbol Bufalà, sin ningún tipo de ayuda municipal.
Dentro de la gran evolución y crecimiento en estos últimos años, el Club quiere potenciar la ‘Marca Bufalà’ y ha creado un departamento de Marketing y Publicidad, ya que hay personas interesadas en colaborar con nuestro proyecto y queremos ofrecerles las posibilidades idóneas para que podamos crecer juntos.
En verano de 2022, tras años de lucha por parte de la junta del club (encabezada por Jordi) y los propios padres y madres de los jugadores, hemos conseguido que el ayuntamiento de Badalona apruebe las obras de mejora de las instalaciones y el cambio de césped integro del campo.
En la actualidad el club es íntegramente de fútbol formativo y disponemos de una sección de fútbol sala. En la temporada 2022-2023 unos 500 niños y niñas se formaron y compitieron con nosotros, y las mejoras de las instalaciones solo nos animan a coger las próximas temporadas con más fuerza que nunca para seguir creciendo como club de referencia en Badalona.
A todos los jugadores del club, cuando se viste la camiseta del Club de Fútbol Bufalà, no se viste solamente una camiseta de colores, portáis mas de 70 años de historia, una historia que incluye momentos de éxito deportivo, alegrías personales y colectivas, y por qué no decirlo, también decepciones.
Vestís el sacrificio de muchas personas entregando parte de su tiempo profesional y familiar y cuando no dinero propio, personas que hicieron posible que todos nosotros ahora disfrutemos de una afición, una historia y una comunidad de amigos y vecinos que de otra manera no hubiera sido posible. Es nuestro deber y nuestra responsabilidad que este proyecto siga adelante años y años.
La historia continúa con vosotros.